diciembre 08, 2011

Twitter no es peligroso; nosotros, sí.



En Tercer Grado, programa de debate de Televisa, se discutió la fuerza de las redes sociales –en específico del Twitter, el medio más abierto y utilizado del internet 2.0– con ocasión del episodio de Peña Nieto en la FIL y con miras al proceso electoral que ya se nos viene encima. Sus intenciones, desde mi punto de vista, eran claras: minimizar el incidente hasta situarlo en el anecdotario popular de corta memoria y tratar de limpiar el desastre que el candidato de su empresa provocó en Guadalajara.

Me llaman la atención varias cosas que trataré de desahogar con cierto orden:

A) La aceptación tácita de que Peña Nieto es el candidato de la televisora a través del método retórico de la omisión. En efecto, si de algo se ha hablado en los medios que quedan fuera del coto de Televisa es de la relación entre dicha empresa y el candidato del PRI. Todos los actores políticos ajenos al PRI, por otra parte, también han mencionado (o señalado, o incluso condenado) las preferencias del Grupo Televisa por el candidato del tricolor. La palabra está en la calle. Entonces, ¿por qué no tocar el tema más socorrido del debate en sus discursos? ¿Por qué no salir a desmentir, a contrariar o a invalidar esos juicios? No hablar de las acusaciones cuando son tantas y tan sonoras es, para un grupo de medios que tiene como uno de sus objetivos el de informar con veracidad y oportunidad, aceptar su verdad.

B) La pobreza de los argumentos de los periodistas Loret de Mola y Adela Micha cuando tratan de proteger a Peña Nieto. El primero optó por distraer la atención del punto (que es la crítica a la indigencia intelectual y cultural que Peña Nieto mostró en la FIL) para llevarlo al siempre ambiguo y canceroso ámbito político-partidista. Calificó el movimiento general de los usuarios de redes sociales como “guerra sucia” por parte de otros partidos en contra del candidato del PRI, dejando de lado el contenido de las opiniones y asumiendo quizá que todos los que nos dimos vuelo criticando a Peña Nieto fuimos reclutados y pagados por entusiastas de López Obrador o de Vázquez Mota. A muchos de nosotros nos hubiera venido muy bien recibir algunos pesos por cada tweet que mandamos a la red, pero lamentablemente no fue así. Además, si en realidad hubiera existido una incitación al desprestigio por parte de militantes de otros partidos, dicha arenga probablemente no habría funcionado si sus mensajes no fueran reales o al menos relevantes para el público de Twitter. Todos los que hemos trabajado en publicidad sabemos lo difícil que es generar comportamientos en un medio que trata de huir de todo lo que huele a publicidad o a propaganda. Por último, los esbirros no habrían actuado fuera de la ley (puesto que como el mismo Loret menciona, no está legislado el asunto) a diferencia de lo que sucedió cuando se publicó la campaña “Peligro para México” en 2006 en medios masivos supuestamente sí legislados.

Adela Micha, por su parte, sostiene que si el candidato “es un lector voraz o no es un hecho completamente irrelevante a la hora de gobernar bien o mal”, acuñando ipso facto una frase que durará (o debería durar) para la posteridad en los anales de la inmundicia mediática. No me detendré mucho en debatir un argumento que se cae de rancio, pero me limitaré a decir que la literatura no se reduce a Harry Potter o a novelas de detectives, sino que incluye, sin más, la totalidad de los registros históricos, culturales, jurídicos, religiosos, civiles y políticos de México, del continente y del mundo. Algunos datos surgidos de la totalidad de libros (ay, Borges, tu biblioteca de Babel) podrían llegar a ser de cierta utilidad para dirigir un país durante seis años. Quizás no, quizás me equivoco. Tal vez con la Biblia ya se ha dicho todo lo que a política pública, organización comunitaria y distribución de la riqueza se refiere y con eso sea suficiente.

C) La frase “el miedo es un arma tan poderosa y tan fatal como la violencia misma”, también pronunciada por la señora Micha. Cuando la escuché, me quedé pensando en la diferencia que hay entre un “muerto de miedo” que sale del cine después de ver “Birds” de Alfred Hitchcock y un “muerto de muerte” que ha sido arrojado en una avenida central de Boca del Río. En fin, seamos justos y pongamos la frase en su contexto. Ella hablaba del miedo que puede surgir de una noticia falsa o de fuentes no fidedignas que ha sido lanzada en Twitter y que se propaga como un virus. En eso tiene algo de razón, la desinformación es peligrosa. No obstante, cuando la desinformación es sistemática y dolosa, como aquella a la que hemos estado expuestos frente a la pantalla del televisor desde los tiempos en que los lectores de noticias usaban audífonos de DJ, es realmente fatal y “tan peligrosa como la violencia misma”. Es increíble que desde el medio que ha creado la verdad en el imaginario popular de México durante décadas se aluda a la peligrosidad de la desinformación.

Y por último, la problemática que más me llamó la atención y que uso para concluir con una reflexión, parte de esta frase:

“La redes sociales tienen una fuerza enorme aun para distribuir basura”
Leopoldo Gómez
, vicepresidente de Noticieros Televisa.

Es indudable el poder organizacional que tienen hoy las redes sociales en los temas de opinión pública, de economía social y de política en el mundo. No aburriré refiriéndome a los fenómenos sociales de Túnez, Egipto, Grecia, España, Reino Unido y Estados Unidos de los últimos meses. Sin embargo, hay algo que se les está yendo de las manos a quienes asumen que la fuerza está en las redes sociales. A saber, que Twitter (por referir a la más popular y pública otra vez) es sólo un medio. Detrás de cada opinión, de cada tweet, de cada tópico de moda y de cada argumento esgrimido desde ahí, hay una persona pensante que lo escribe. La fuerza de Twitter es en realidad la fuerza de sus usuarios. Es una parte de la opinión pública que al fin ha encontrado un podio, un altavoz.

El miedo que los periodistas de Televisa dicen tener, entonces, parece que realmente no es un miedo a las redes sociales (que son simples y útiles medios), sino a la opinión de la gente que las hace funcionar y, en último término, a la libertad de expresión. Podría incluso decirse que parece un miedo a perder el control de la masa, a perder la prerrogativa de inventar la verdad (o a tener que compartir esa prerrogativa con cualquier usuario que quiera inventarla), a perder la posibilidad de esconder los errores y de manejar los mensajes sin dejar que replique la crítica.

Estamos frente a una verdadera revolución, en la que los medios pasarán a ser de todos y los mensajes serán de ida y vuelta. El Twitter no es peligroso (¿peligroso para quién?), la voluntad de la gente, sí. Y si es así, bienvenido el peligro de la palabra pública.

octubre 04, 2011

(D)evolución.

La pomposa teoría de la evolución. Una realidad latente en la sicología humana. Un deseo de progreso que yace como impronta en lo más profundo de nuestras cavernas síquicas. Una hipótesis del desarrollo humano que no ha encontrado una barrera argumentativa definitiva como para despreciarse. Desde cualquier concepción naturalista o metafísica del ser humano la evolución es la piedra angular, entendida como mero devenir histórico o como punto de inflexión de la propia fe en la humanidad.

Aun los creacionistas han de considerar la evolución. Pongo por ejemplo lo siguiente: desde el punto de vista católico se cree que el ser humano fue creado por Dios. Sin embargo, atenidos al mito de Adán y Eva, si se entiende como una verdad histórica, se tiene que aceptar que Caín y Abel se acostaron con su propia madre para poblar la Tierra. Es más sencillo aceptar una evolución natural del chango al ser humano en la que hubo un soplo divino y que Adán y Eva son sólo una parábola o una metáfora para entender la mano divina en la historia humana.

En fin, basta de prólogos, prolegómenos y proemios, quedémonos con la idea de que la evolución no se detiene y que ese es un hecho que no se puede negar. Sin embargo, miembros del equipo de investigación de este blog se han puesto a estudiar a un grupo de humanos que podrían ser la clave que los antievolucionistas (como este maestro) están buscando desde que Darwin saltó a la fama. Se trata de “los turistas”.

Desquiciantes, despreciables, embarazosos e inevitables, los turistas se pasean por nuestras ciudades como una plaga, destruyendo nuestros tesoros más valiosos, comiendo nuestra peor y más cara comida y acelerando –quizá sin que nos demos cuenta– la llegada del armagedón. Son ese grupo, y no los zombies, los que verdaderamente pueden contradecir a Darwin. Cargados de mapas y sombreros, están por convertirse en la prueba viviente (no como los zombis que, si llegaran a ser una prueba serían una no-viviente) de que el proceso evolutivo ha llegado a la cúspide y ahora vuelve sobre sus pasos, como si la humanidad fuera un triste Sísifo.

¿Cómo es que la existencia real de los zombis no pone en duda la teoría evolutiva y la de los turistas sí? Muy sencillo. En primer lugar, los zombis fueron antes humanos, por lo que podemos decir con seriedad y razón que un humano devenido en zombi es superior al humano desaparecido al morir, por el simple hecho de que le supera en tiempo sobre la faz de la tierra y porque ya fue (desde un punto de vista metafísico y también biológico) lo que es el otro. Se trata de un paso más allá: punto para la evolución. En cambio, un grupo de turistas representa un paso hacia atrás en el progreso de la inteligencia y de la voluntad, un regreso a la idiotez que se convertirá, en última instancia, en animalidad: punto para los antievolucionistas.

Desde estos argumentos, el clásico esquema de la evolución:



Podría entenderse ahora así:



Por si aún queda alguna duda, analicemos brevemente las facultades humanas que podemos encontrar en un zombi y en un turista, por método comparativo.

1. Inteligencia.
Los zombis saben lo que quieren. Su día comienza con la búsqueda de cerebros. Saben cómo buscarlos, se dirigen sin distracción hacia donde creen que puede haber uno y no descansan hasta que mastican materia gris. Su “vida” tiene una función (básica si se quiere) y todas sus acciones están dirigidas a realizarla.

Los turistas dudan, preguntan, van, regresan, pasan frente a lo que necesitan sin notarlo, compran lo que no necesitan sin notarlo y luego se emborrachan. Así sucesivamente hasta que es tiempo de volver a su país para trabajar y ganar dinero que usarán para viajar y regresar a su status quo de turista, que no es claro ni ventajoso.



2. Astucia.
¿Han intentado venderle un cerebro a un zombi? Es imposible.
¿Han visto a algún turista pasar de largo ante una “oferta”? Yo tampoco.
Creo que queda claro quién es quién en este rubro.



3. Apariencia.
En este caso, siendo objetivos, ambos lucen muy mal y se puede considerar un empate. Si bien algunos zombis fueron feos desde que estaban vivos, la muerte siempre trae consigo una especie de “suprafealdad” difícil de definir. No se sabe bien a bien qué los hace feos, si es la pus, el ojo colgante, las llagas o las piernas rotas, pero son feos (con la salvedad a priori del futuro zombi de Scarlett Johannson dentro de la primera semana postmortem). Los turistas no tienen pretextos tan válidos como decir “bueno, qué quieres, es que estoy muerto y tú sabes, si me peino me tiro el pelo y en la regadera todo se mancha de sangre…” Ellos se ven mal porque les da la gana verse mal. Aun así concedamos un empate.



4. Valor.
Enfrentar la muerte tratando de conseguir la finalidad de la existencia (un cerebro) no es nada fácil (y es acaso loable). Sobre todo si se trata de alguien que ya ha sufrido la muerte y se pone en peligro de sufrirla nuevamente, definitivamente. En contraposición, el turista se cruza la bolsa en diagonal, coge su cartera cuando se sube al metro, le dan miedo los barrios bravos y no aparece por las calles a media noche. Me parece clara la ventaja zombi.



5. Ubicación.
Nunca se ha visto a un zombi consultar un mapa. Asunto resuelto.




6. Movilidad.

Ha de ser complicado correr cuando el hipotálamo ha entrado en necrosis. Sin embargo, el turista tampoco corre. Suele ser gordo, enmaletado, flojo, despreocupado. Empate técnico (sin tomar en cuenta el handicap del rigor mortis y la falta de oxigenación).



7. Comunicación.
Si bien ambos grupos sólo son capaces de comunicarse en su propio idioma (dialecto o cualesquiera manifestaciones corporales) con seres ajenos a su grupo, los turistas tampoco se comunican entre sí. Todos llevan audífonos y tristemente permanecen en silencio (sobre todo las parejas de viejos y los jóvenes alemanes) observando cómo su café se enfría o su cerveza se calienta.



8. Aroma.
Ambos huelen a muerto. Eso, técnicamente, no es oler mal para un zombi.



9. Simpatía.
Nunca hemos escuchado la frase “everybody hates a zombie” en una canción de Pulp, ¿o sí? Tampoco hemos visto películas como “El amanecer de los viajeros japoneses” o “Touristland”. Aceptémoslo, son más cool.



10. Sensibilidad.
Si se entiende como empatía con el género humano y sus logros, gana el zombi. Si se entiende como mero desarrollo de los sentidos, también gana el zombi (¡pueden oler un cerebro o escuchar un ruido a kilómetros de distancia!).

He aquí el resultado del estudio en el que los miembros del equipo de investigación de este blog han estado ocupados durante los últimos meses. Dejamos, a manera de “take away”, un pequeño sumario gráfico para considerable atención y su amable divulgación.

julio 25, 2011

Stand up philosophy

No todo en la vida de un filósofo es glamour, fiestas, jet-set, viajes y reconocimientos. De hecho, casi nada de su vida es esas cosas. Incluso me animaría a decir que la ausencia de todo eso es extremadamente frecuente... Bueno, c`est te vuelve a la vie.

En fin, la cosa es que muchas veces tendemos a imaginar a los grandes filósofos pensando, escribiendo y ofreciendo conferencias o arengas en plazas públicas. Pero la realidad es que todos ellos (excepto Kant, quizá) tenían una vida común en la mayoría de los casos. Esposas, suegras, idiotas que atendían cafés: lidiaban con los mismos problemas que nosotros los mortales.

Los miembros de este blog se hicieron los chistositos y decidieron crear una "novela gráfica" inspirada en 5 momentos no-clave en la historia de la filosofía social, epistemológica y ontológica de Occidente. Se presentan a continuación para su cordial consideración.

* HACER CLICK EN LAS IMÁGENES ES RECOMENDABLE, PARA VERLAS MÁS GRANDES.

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LAS VACACIONES DE HERÁCLITO



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NUNCA DESCARTES A DESCARTES



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MONÓLOGOS DE PLATÓN



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DIALÉCTICA MATRIMONIAL DE MARX



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MAYÉUTICA SOCRÁTICA

julio 11, 2011

Lectura de las postales de San Pablo a los corintios.

San Pablo era el “quinto beatle" de los evangelistas. Hasta hoy…


Imagine un sobre enterrado en algún paraje burocrático griego, un mensaje que ha esperado más de dos mil años para ser recibido. ¿Ya? Pues ahora deje de imaginar y entérese: una nueva carta de San Pablo a los corintios ha sido descubierta, quizá un poco tarde, en la oficina de correos de Grecia.

Miembros del equipo de este blog han hallado por casualidad, mientras buscaban un sello postal con la leyenda “Franqueo Pagado” en el buró de un funcionario público, un sobre que presumiblemente contiene el último mensaje –no entregado- de Paulo de Tarso (San Pablo) a los Corintios.

Se descubrió que la causa por la que esta carta nunca fue entregada a su destinatario es que, según indicaciones que el cartero anotó al reverso del sobre, “el destinatario era múltiple”.

“‘Los Corintios’ es un término plural con más de trescientos mil individuos contenidos, lo cual me provocó cierta confusión, un grado de jaqueca considerable y hasta algún síntoma de estrés. Me senté a tomar un Cinzano y olvidé la carta en el café. Luego me hice el loco.”


Esto declaró a un diario griego el postino, que prefirió mantener el anonimato porque, por una parte, le dio vergüenza ser el causante de este malentendido y, por otra, nunca le gustó que lo fotografiaran usando las bermudas caquis del uniforme del servicio postal griego.

En un principio se sospechó de la autenticidad de la autoría, por cuanto la caligrafía acusaba descuido y faltas ortográficas elementales. La letra evocaba a la de un doctor… Un doctor de la iglesia, por supuesto, como San Anselmo, a quien durante años se le conoció como “San Telmo” o “Sam Elmo” debido a la pésima letra que caracterizó sus textos, en especial cuando firmaba sus misivas.

Después de un peritaje minucioso, se desentrañó el texto, que estaba dirigido principalmente a los Corintios y a los Tesalonicenses. Lo transcribimos a continuación:



¡Hey, Corintios, Tesalonicenses y demás banda!

¿Cómo la pasan? Espero que muy bien. Yo por mi parte la paso genial desde que mi gato Judas Bigotón ha vuelto a la normalidad después de una ardua, sucia y terrible enfermedad estomacal.

En mi retiro la he pasado también muy bien. Ya saben, comiendo de lo lindo, charlando con chicas, conociendo gente muy freaky y escondiéndome de los romanos (esos jijos andan por todos lados, son como los chinos).

En fin. Andaba yo en una tierra que tiene costumbres muy diferentes a nosotros, cuando de pronto, justo cuando trataba de comprarme unas sandalias nuevas, que me sirvieran para correr por las mañanas sin sacarme ampollas, me encontré con unos chicos que se dedicaban a adorar a un tal “Buda”.

Nos fuimos a un bar y la plática se amenizó con un vino de la región de La Rioja que sacaron de la cava. ¡Qué vino, amigos! Nada que ver con el tempranillo que dieron esa vez en la megapeda de Caná. En fin, el caso es que me convencieron de algunos preceptos religiosos y éticos que me sonaron más cool y que compartiré en las siguientes cartas. Pero era urgente que les escribiera para pedirles que hagan caso omiso de mis cartas anteriores. Repito, NO HACER CASO A MIS CARTAS ANTERIORES. Creo que nos hemos equivocado de religión y quizá haya que reconsiderar.

Pasaré unos días en la playa y prometo pensar bien qué onda. Además me echaré unos mojitos y unas piñas coladas a su salud. ¡Si ustedes pudieran estar acá conmigo! Estas playas Tailandesas son increíbles. Y el ambiente me recordó al de aquellos tiempos que pasamos en la Toscana.

Bueno, por ahora los dejo, pero luego les mando algunas postales que he ido dibujando para inmortalizar momentos de felicidad en mi crucero por el Mediterráneo, mi lectura de un best-seller de ciencia ficción sobre un imperio muy muy lejano, mis excursiones deportivas y el rol que anduve dando por otras tierras que todavía no han sido nombradas. Esto de viajar de mochilazo es cansado: viajo de noche y duermo en las cuadrigas, con cientos de turistas dibujando instantáneas y consultando datos cartográficos. La comida, en especial los mariscos, eso sí, estupendos.

Bueno, les mando un abrazo grande y espero verlos pronto.
Sin más por el momento, quedo de ustedes,

Paulo de Tarso, a.k.a. San Pablo (pa’ los cuates).

P.D. Si van a viajar por acá, procuren traer antiácidos.


La importancia del contenido de la carta hubiera sido mayúsculo de haberse entregado con prontitud. Se consultó al editor de “La Biblia”, bestseller definitvo en la historia de la literatura (tanto de ficción como de no-ficción), para ver si podría incluir esta carta en la MMMCCVIII edición. “Demasiado tarde”, nos contestó, “esta misma mañana envié el archivo de Word a la imprenta”.

Se estudia la posibilidad de publicar la carta en una editorial de corte más independiente, junto a las postales que la misma misiva prologa y que fueron encontradas, hace un par de años, por la INTERPOL. En su momento las postales se creyeron una broma de algún troll de photoshop, pero después del descubrimiento de esta carta, adquirieron veracidad y relevancia.

Cabe mencionar que dichas postales fueron rescatadas de una casa de seguridad de mafiosos sicilianos después de que habían sido robadas hace dos mil años a un cartero que fue encontrado muerto a medio desierto, sin que nadie pudiera encontrar pistas para atrapar al asesino (aquí una foto de la inescrutable escena del crimen).



El Servicio Postal Griego ha sido duramente criticado por exponer a sus empleados a múltiples peligros desde aquél día en que uno de sus emisarios murió después de correr 42 kilómetros y trescientos metros para entregar una carta urgente en la ciudad de Maratón. Esa y muchas muertes más hubieran podido evitarse acondicionando a los carteros en un gimnasio antes de enviarlos a las calles o adquiriendo una pequeña flota de vehículos repartidores como los de FEDEX, UPS, DHL, entre otros.

Seguiremos informando conforme el equipo de investigación del blog conozca nuevos datos. Les dejamos, sin embrago, imágenes de las polémicas postales de San Pablo, para su consideración.









julio 06, 2011

Círculos concéntricos del entretenimiento®.

Espirales que recorre la vida. Quizá se deba a que la curva de entretenimiento del ser humano es tan larga y pronunciada que termina rápidamente convirtiéndose en un círculo. Quizá porque la palabra volver nos gusta más que la palabra avanzar. Tal vez la vida, como dijo el extranjero de Big Lebowski, está condenada a repetirse: “that’s the way the whole durned human comedy keeps perpetuating itself”.

Primero fue George Lucas® creando una de las sagas más imponentes en la historia del cine mundial: Star Wars®. Velozmente dejó de ser una simple producción cinematográfica para convertirse en una franquicia de incalculable valor comercial, una marca, un culto y, en nuestros días, incluso logrando aquirir algunos aspectos característicos de religión. ¿Qué es Lord Vader® sino una poderosa y terrible criatura divina? ¿Qué los storm troopers sino monaguillos? Naves espaciales, planetas moribundos y monstruos parecidos a Ronaldinho® arropan esta novela de caballería que sucedió a millones de años luz y que, de alguna forma ignota, llegó hasta nuestras pantallas de cine en inglés.



En fin. Un éxito, aplausos, premios, lágrimas. Marcó a toda una generación, sí, sí, sí. ‘¿Y ahora qué?’ dijeron los empresarios… Pues hagamos todo lo que se pueda hacer con la imagen de Star Wars® y vendámoslo a precios estúpidos (por elevados, claro) a los feligreses de Lucas (la cosa sigue teniendo forma de religión, como lo vemos).

Todo tipo de mercancía llegó a las manos de los ‘niños’ del mundo. Licencias se repartieron aquí y allá. Todo tenía la imagen de Han Solo®, de la princesa Leia®… Entonces los creadores de Lego® decidieron lanzar al mercado su versión de Star Wars®. Se veía así:



Fue un éxito la mezcla del concepto Lego® con el de Star Wars®, pero el producto no era la gallina de los huevos de oro® ni el jarrito mágico®. Necesitaban algo nuevo antes de que las exesposas® de los presidentes de estas dos empresas se terminaran de nuevo el dinero de los empleados. Familias enteras corrían el peligro de quedarse con 6 Ferrari® en lugar de 9. ¿Qué hacemos?, pensaron al unísono.

El obvio paso siguiente fue hacer un videojuego. No ya de Star Wars®, que hay muchos, sino de Lego® Star Wars®. Se abarcaron nuevos mercados: los jóvenes atrapados entre la niñez y la adultez no juegan con Lego®, sino con videojuegos. Éste fue el resultado. Un videojuego basado en un juguete basado en una película:



Pero el hambre por dinero continuó. ¿Qué sigue? ¡Llevar el videojuego a la vida real! Entonces surgió “Lego® Star Wars® The videogame® The Ride®”. Una atracción de feria basada en un videojuego basado en un juguete basado en una película. Cósmico, ¿eh?



Pero el equipo de investigación de este blog siempre está un paso adelante. Borgeanos de reconocida trayectoria en los estudios sobre el infinito y sus posibilidades se han adelantado al equipo de márquetin de George Lucas. Presentamos “Lego Star Wars The videogame The ride the movie”, que para efectos de Copyright en lenguaje algebraico se enuncia así: (((((Lego®) ((((Star Wars®)®) (((The Videogame®)®)® ((The Ride®)®)®)® (The Movie®)®)®)®)®. Una interesante película en la que un niño pone en peligro su vida al descarrilar accidentalmente el carrito en el que paseaba por un juego mecánico en la escena final de un videojuego que muestra a un juguete pelear contra la imagen de una pantalla de cine que muestra la escena final de El Imperio Contraataca:



El equipo encargado del desarrollo de productos en la compañía Lego® trabaja ya en una versión de juguete con la imagen de esta novedosa película.

junio 08, 2011

Desobediencia civil pacífica.



Desde que Javier Sicilia comenzó su movimiento cultural-poético-musical, muchos círculos intelectuales de México -y, a decir verdad, también algunos óvalos- se han interesado en apoyar al poeta cuernavacuno de diversas maneras. Las más sencillas para los intelectuales consisten en escribir alguna columna en un diario local con palabras de aliento en el epígrafe y acto seguido continuar con las actividades cotidianas y las visitas al campo de golf los fines de semana. También algunos se dedicaron a pensar fuértemente en Javier durante dos horas y a ponerle "like" a todas las fotos en las que aparece el poeta en señal de solidaridad con su causa.

No obstante, gracias a la marcha de la paz, el movimiento ha comenzado a convertirse en una acción real y concreta, de manera que si uno quiere apoyar a Javier Sicilia en su inercia contrasistema, ya no se puede hacer el menso con textitos y buenas intenciones. Ahora hay que mover los pies o caminar rutas que algunos intelectuales de alcurnia jamás habrían recorrido ni siquiera a bordo de un ADO GL.

No se alarme, querido humanista burgués: sus zapatos permanecerán limpios. Siga leyendo y entérese cómo.

En últimas declaraciones, Javier ha instado a que la gente no sólo marche, sino que se manifieste de diversas formas mediante lo que históricamente se ha denominado "desobediancia civil pacífica". Pequeños y simbólicos actos que muestran inconformidad y rechazo a las leyes autoritarias o a la forma en la que se aplican en la sociedad. ¿Recuerda usted al hombre de Tiananmen que se paró frente a los tanques militares chinos? Ese es el epítome de la desobediencia civil pacífica. También están las sugerencias de los Sex Pistols, pero algunas no eran tan pacíficas y había que tener 20 años para poder siquiera intentar más de la mitad de ellas. Quedémonos con el joven de Tiananmen.

En fin, aquí propongo una lista de significativas y sencillísimas actividades que mostrarán su solidaridad con Javier Sicilia sin la necesidad de que se ensucie los zapatos. Fueron extraídas de mi manual de desobediencia cívica titulado "Rebel for Dummies" que actualmente se encuentra misteriosamente fuera de circulación de las principales librerías.

Desobediencia civil pacífica nota 578: si se le pide que guarde silencio, frunza el ceño y diga “no”.

D.C.P. Nota 765: si usted es una oveja, deje de caminar los miércoles de 3 a 4 pm. Soporte fuetazos y vituperios.

D.C.P. Nota 334: cruce dos metros a la derecha de las rayas de cebra pintadas en la calle.

D.C.P. Nota 387: vístase con colores oscuros para recibir la primavera en Teotihuacán.

D.C.P. Nota 657: separe la basura siguiendo sus propias categorías. Por ejemplo, “cosas que saben a eneldo”, “colores de temporada”, “uñas”, “restos de drogas” o “discos de José José”.

D.C.P. Nota 220: dibuje bigotes y lentes de Groucho Marx en la foto de su credencial de elector.

D.C.P. Nota 738: el 15 de sept. grite sólo dos ‘vivas’ en lugar de tres; o bien, si usted dirige el acto, grite “¡Vivan los hermanos Flores Magón!” en lugar de Hidalgo.

D.C.P. Nota 177: cuando guarde el carrito del súper, no lo meta hasta el fondo o déjelo en doble fila.

D.C.P. Nota 484: envíe un ‘emoticon’ de ‘cara de vomitar’ junto con su declaración electrónica de impuestos.

D.C.P. Nota 202: cuando salude a la bandera, esboce una sonrisita socarrona en todo momento o péinese con la raya hacia el otro costado.

D.C.P. Nota 100: al término de cualquier discurso del partido en el poder procure aplaudir 20% menos tiempo del usual.

Y la más importante de toda, que puede funcionar a manera de un imperativo categórico de la desobediencia:

D.C.P. Nota 001: ante todo mandato de la autoridad hay dos posibilidades: cumplirlo o cumplirlo a regañadientes. Elija siempre la segunda.

abril 28, 2011

Redundancia laboral.

World Trade Center,
México D.F.
20:46 horas.

Me dirijo, después de ir a ver una película que no vale la pena mencionar aquí, hacia el automóvil estacionado cuatro pisos por debajo del nivel del suelo. Una feliz coincidencia me coloca frente a una máquina de prepago.

Me formo, cuento las monedas, hago una resta mental para obtener el total a pagar antes de que lo informe la pantallita. Sí, le gané. Sí, era correcta la suma que pensé, también pensé que era hiperbólica.

Elevador abajo, me subo al auto y, al salir, me encuentro con una estrecha casetita de cobro a la altura de la pluma de salida. Dentro de ella, un hombre (aunque parecía que más bien se la habría puesto como se pone una chamarra, apenas cabía ahí). Olor a vaho y café, un cigarro en la boca. Yo, confundido ante el brazo estirado del caballero esperando recibir mi boleto, le pregunto para qué lo quiere. También le indico que ya lo pagué. Me mira cansado, no contesta, fuma sin tocar el cigarro con la mano. Revisa el boleto y lo introduce en la ranura correspondiente. La ranura estaba también al alcance de mi mano. Incluso hubiera sido más fácil que yo metiera el boleto ahí. Él tuvo que sacar la mano, doblarla improbablemente hacia atrás -mostrando a la vez que sus articulaciones funcionaban perfectamente a 360 grados- y atinarle sin ver al orificio alargado. Acto seguido, la pluma sube y yo salgo. Me quedo pensando que, así como las máquinas se vuelven obsoletas después de algunos años, las personas también pueden volverse obsoletas después de algunas máquinas.

-¿Estudias o trabajas?
-Trabajo.
-¿En dónde?
-En un estacionamiento.
-¿Lavas coches, echas aguas, vigilas?
-No. Estoy en la caseta de cobro de lunes a sábado de las 16 a las 24 horas.
-Ah. ¿No hay máquinas de prepago?
-Sí.
-Mh. Entonces tú no cobras. ¿Qué haces de 16 a 24 en la caseta de cobro?
-...

Entiendo que la falta de empleo en este país se agudiza cada año. Entiendo que a veces hay que hacer lo que sea para ganar unos pesos. Entiendo que el señor dueño de ese estacionamiento está intentando fomentar el empleo, crear nuevas plazas. Pero creo que hay que establecer ciertos límites.

Es algo típico en México. La redundancia laboral. En una esquina en la que hay un semáforo en funcionamiento, encontramos un policía avalando las decisiones de ese poste con focos. Dentro de un elevador con botones para abrir y cerrar las puertas y un botón por cada piso, a veces encontramos a un señor que se dedica a apretar los botones. En el baño de las bodas hay un tío que saca las toallas de papel de su dispensador y te las da. En la esquina un chavo te limpia el parabrisas ignorando el hecho de que tu auto tiene unas plumas que van y vienen sobre el vidrio para limpiarlo. En fin.

Al señor de la casetita de cobro del estacionamiento le dejo aquí tres ideas de funciones en caso de perder su empleo por meter un boleto al revés, quemar con su cigarro a un cliente o simplemente porque un día que haga frío se ponga una chamarra y ya no pueda entrar a su cubículo.

Señalización en 3D.



Columna.



Tope indicador.

marzo 21, 2011

Equi(ni)dad de género.

Lo mejor de dos mundos. En este blog ya se había hecho una pequeña reflexión acerca de la magnífica suerte del centauro, que conservó la humanidad de la cintura para arriba -donde el hombre concentra todas sus virtudes intelectuales- y la equinidad de la cintura para abajo, gozando ciertos atributos animales que le facilitaron la vida social.

Aquella reflexión, sin embargo, sólo sirvió para hablar de ese otro ser mitológico que no tuvo tanta suerte: el humano con torso y cabeza de caballo. Gracias a los dioses se extinguió.

A continuación, una serie de reflexiones más profundas acerca de estos magníficos ejemplares de la destreza divina.

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Hasta entre los centauros hay razas.

Todas las guerras son, en mayor o menor medida, un conflicto racial. Eres blanco, negro, amarillo, rojo, judío, árabe, comunista o teísta. Cada elección espiritual, cada centímetro de la Tierra, cada espermatozoide, determina tu raza.

Ahora imagina que la mitad de tu persona es un caballo. ¡Carajo, la cantidad de razas se multiplica exponencialmente! Aquí tienes un asiático-percherón, allá un ario-azabache, por acá un judío-cuarto-de-milla. Los esquemas anatómicos que muestran al centauro clásico, tranquilo, mirando al horizonte desde su desnudez son una idealización, la realidad es mucho más nutrida, complicada y rica.





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No se ha escrito lo sufieciente acerca de los centauros.

No sabemos cómo es su vida diaria, sus pasos cotidianos en el mundo. Nietzsche y Sartre directamente se darían un balazo. Su problemática existencial es doble en cada caso, en cada momento. Como personas deberíamos conocer el día a día de los centauros, con la finalidad de lograr empatía con ellos (o al menos con la mitad de cada uno de ellos) en lugar de odiarlos.

La elección de alimentos, por ejemplo. ¿Hay que ser vegetariano? ¿En un restaurante de centauros se podría pedir un Rib-eye con guarnición de alfalfa? ¿Hay mesas y sillas? (No olvidemos que la parte "erectus" que acompaña siempre al "homo" desde que es hombre, dificulta la digestión si hubiera que agacharse hasta el suelo para comer).

Me dan calos fríos sólo de pensar en los baños. ¿Habrá?

La cama. Una especie de litera a buena altura, empotrada a la pared y "volada", que sólo sostiene la mitad del cuerpo en posición horizontal, dejando que las cuatro patas sigan de pie. Sí, así ha de ser.

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Quedan pocos, pero siguen aquí.

Son perseguidos, pero no son belicosos. Son pacíficos orillados a la vida marginal (sobre todo los mitad-judío-mitad-pony). Algunos, los "paterfamilias", se hacen contratar ilegalmente en diversos comercios y se ganan la vida sirviendo cafés, buscando libros en las bibliotecas, vendiendo (oh, tragedia) carne de otros animales al insensible ser humano. Todos los lugares con un mostrador son sitios propicios para el trabajo de un centauro.



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Problemática del acoso homo-hípico-sexual.



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Situación en el área de Maternidad.




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Hipocondria Esquizofrénica.